viernes, 7 de marzo de 2014

EL PACIENTE CON DEMENCIA Y SU FAMILIA 

La Demencia es la pérdida progresiva de las funciones cognitivas, debido a daños o desórdenes cerebrales. Esto se reflejado en la incapacidad para la realización de las actividades de la vida diaria. Los déficits cognitivos pueden afectar a cualquiera de las funciones cerebrales particularmente las áreas de la memoria, el lenguaje, la atención, las habilidades visuoconstructivas, las praxias y las funciones ejecutivas como la resolución de problemas o la inhibición de respuestas.
 El cuidado de un ser querido que padezca de demencia plantea muchas dificultades a las familias y a los cuidadores. Es por esto que la familia debe saber qué son las demencias, cuales son sus causas y los principales trastornos conductuales de los pacientes; cómo puede afectar la enfermedad sus propias vidas. Las repercusiones familiares son de distintos tipos: emocionales , conflictos sobre el cuidado del paciente, económicos, y otros.
Entre las mayores dificultades para cuidar a un ser querido que padezca de demencia están los cambios que suelen presentarse en la personalidad y la conducta del paciente. Los trastornos del comportamiento en el paciente con demencia son muy prevalentes, muy angustiosos  para el paciente y muy desconcertantes además de una gran carga para los cuidadores. Los síntomas y signos que traducen un trastorno del comportamiento son muy variables en cada enfermo a lo largo de la evolución de la demencia y en los distintos individuos entre sí. 
La mejor forma de enfrentar estas dificultades consiste en que debemos fomentar a la familia a desplegar la creatividad, la flexibilidad, la paciencia y la compasión. También es importante que no se sientan aludidos personalmente y que mantengan el sentido del humor.
Nosotros los médicos debemos  estar preparados para ayudar a los cuidadores con angustia, negación, ansiedad, culpa, pesadumbre, dolor moral y depresión y ajustarles a la progresión de la enfermedad. El ajuste de los cuidadores es complejo y cíclico, potencialmente reactivado con la aparición de diferentes dependencias y síntomas en cada nuevo estadiaje de la enfermedad. 
La intervención más efectiva en el soporte de cuidadores es el establecimiento de una relación de verdad y comunicación abierta en el proceso de tratamiento como un soporte para él, para su salud y bienestar y minimizando las sensaciones de abandono.

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